domingo, 29 de mayo de 2011

Amor - Josef Pieper

Amor
Josef Pieper


«El amor es el regalo esencial. Todo lo demás que se nos da sin merecerlo se convierte en regalo en virtud del amor»
(Summa theologica, 1, 38, 2)


I. A Vueltas con las Palabras


La pretendida «pobreza» del idioma

Hay razones más que suficientes que le sugieren a uno no ocuparse del tema del «amor». A fin de cuentas, basta con ir pasando las hojas de una revista ilustrada, mientras nos llega el turno en la peluquería, para que le vengan a uno ganas de no volver a poner en sus labios la palabra «amor» ni siquiera en un futuro lejano. Pero también nos da miedo esa otra actitud que, en el extremo opuesto, se goza de provocar malentendidos al hacer que la realidad del amor, transportada al terreno de lo irreal y fantasmagórico, se evapore y no deje de sí misma otra cosa que la pura «renunciación». En definitiva, pertenecen aquellas aprensiones al capítulo de los gustos y a la forma de encajar ciertas impresiones. Y hasta que no se superan esas reservas, no descubre uno la auténtica dificultad del asunto: es un tema verdaderamente inconmensurable. Pero, ¿puede decirse que se trata realmente de un tema? ¿No responde más bien la palabra «amor» a todo un conjunto de significaciones que, con apuros, pueden reducirse a un común denominador, como una palabra que cabalga su sentido sobre muchas islas flotantes y dispersas sin la más mínima comunicación entre sí? ¿Tienen algo que ver con esa «virtud teologal de la caridad», que en los catecismos suele ponerse después de la fe y de la esperanza, todos esos productos de la industria de la frivolidad que se dicen «amor», o lo que en el famoso ensayo de Stendhal se designa como amor físico? ¿Y qué tienen que ver con todo eso las ideas que Platón desarrolla en su Symposium? ¿No es acaso algo radicalmente distinto? Pero, aparte de esos extremos, nosotros mismos hablamos del amor al vino, del amor a la naturaleza o a la música. ¿Y no hay un abismo entre todo eso y la palabra de la Biblia, en la que se dice que Dios mismo es amor?

El que piensa en la riqueza de palabras que tienen otros idiomas, que se despliegan como un abanico al referirse a esa complicada realidad, podría creer que la dificultad de expresar el contenido del amor es un problema que sólo afecta a la lengua alemana, pues se ve obligada a emplear una misma palabra para expresar cosas distintas. Un especialista en filología antigua ha llamado a su propia lengua «pobre», porque sólo posee una palabra para «cosas que no tienen nada que ver una con otra», mientras que el griego y el romano, lo mismo que las lenguas modernas que se derivan del latín, disponen de media docena larga de vocablos. Un profesor de filosofía ha intentado aliviar esta supuesta penuria lingüística del idioma alemán proponiendo la absurda solución, por él mismo ya puesta en práctica, de distinguir al menos entre amor y amor (que se llamaría: amor sub-uno y amor sub-dos), pero insistiendo en que no se trata de dos «distintas especies de una misma noción genérica del “amor”».

En realidad la cosa es mucho más sencilla de lo que parece. En primer término, cuando se abandona el reino de los sustantivos y se entra en el de los verbos, resulta que la lengua alemana no es ni mucho menos tan pobre. Los hay que hacen asomarse a una profundidad de significación nada fácil de sondear. ¿Qué quiere decir, por ejemplo, «einander leiden mögen»? [NdT: Más o menos, «caerse bien mutuamente»]. Tiene, como todos los idiomas, en medio de la pluralidad de vocablos, una palabra base, que es también única y que reúne en sí y relaciona todas las demás especificaciones contenidas en las otras. Esa palabra es: amor. Omnis dilectio vel caritas est amor, sed non e converso. Esta frase no hace sino dejar constancia de un uso lingüístico vigente: toda dilectio (dilección) y toda caritas (caridad) es, en el fondo, amor (amour, amore, amor). Por tanto, lo discutible es precisamente el que todas esas cosas que el idioma alemán llama «amor» no tengan nada que ver entre sí. Sigmund Freud, que, por un lado, habla también del «abandono de la lengua en el empleo de la palabra “amor”», invita, por otro, a reflexionar sobre el hecho de que «todo uso idiomático, aun en medio de todos sus caprichos, permanece siempre fiel a alguna clase de realidad». De aquí se deduce que quizá haya una posibilidad de encontrar algo en esa pretendida «pobreza» del vocabulario alemán. Y esa posibilidad consiste en que la misma lengua nos incita a que no se pierda de vista lo que es unificante y común en todas las configuraciones del amor, y a que se tenga siempre en la conciencia esa convergencia a pesar del malaventurado uso restrictivo.

Es cierto, por otra parte, que existe ese abuso; y hasta parece incluso que son las palabras clave del habla humana las que más sufren esos achaques. Al menos así se ha dicho, y no sin razón. André Gide, llegado ya a los ochenta años y demasiado gastado para continuar escribiendo su diario, en sus últimos apuntes poco antes de morir escribe unas pocas palabras: «elegancia», «dignidad», «grandeza»... «me da miedo y casi vergüenza emplear estas palabras; es tal el descaro con que se ha abusado de ellas... Casi se las podría llamar vocablos obscenos, lo mismo que todas las palabras nobles, empezando por la virtud».

jueves, 26 de mayo de 2011

Esperanza - Josef Pieper

Esperanza
Josef Pieper


«Aun cuando me diera la muerte, esperaré en El»
(Iob 13, 15)


I. Acerca del Concepto de «Status Viatoris»


Cuando se habla del hombre como «peregrino en la tierra», del «peregrinaje» de la vida terrena, una especie de unción melodramática suele desvirtuar no sólo la seriedad y virilidad de esta expresión, sino también su fuerza como imperativo. Esas palabras no son ya el claro espejo de la realidad que deben en primer término reflejar. Su sentido originario queda encubierto por diversas resonancias de carácter estético e irresponsable; casi le oculta un velo de alusiones secundarias perturbadoras, cuyo falso sentimentalismo priva al hombre de hoy, y ante todo a la joven generación y quizá precisamente a los mejores de ella, del placer de encontrarse con la realidad última a que se alude en aquellas palabras.

Sin embargo, dicha expresión pertenece a los fundamentos de la humana existencia cristiana, pues el concepto de status viatoris es uno de los conceptos fundamentales de toda teoría cristiana de la vida.

Viator quiere decir el que está en camino, y status viatoris, el estado del ser que está en camino. El concepto opuesto correspondiente es el status comprehensoris. Quien ha captado, logrado, alcanzado, no es ya viator, sino comprehensor; la Teología ha tomado esta palabra de una carta de San Pablo: «Hermanos, yo no creo haber logrado (comprehendisse) aún el fin» (Epístola a los Filipenses 3, 13). Estar en camino, ser viator, quiere decir caminar hacia la felicidad; haber alcanzado, ser comprehensor, quiere decir poseer la felicidad. Con la palabra felicidad, sin embargo, se entiende ante todo la plenitud objetiva en el orden del ser, y sólo en segundo lugar la respuesta subjetiva a esta plenitud. Y dicha plenitud es la visión beatífica de Dios.

lunes, 23 de mayo de 2011

Fe - Josef Pieper

Fe
Josef Pieper


«Quien quiera saber, ha de creer»
(Aristóteles, De sophisticis elenchis 2, 2)


I. Concepto de Fe


El «verdadero» significado

¿Quién decide lo que hay que entender por fe?. ¿A quién corresponde juzgar cuál es el verdadero significado de esa y de otras palabras fundamentales del lenguaje de los hombres?. Nadie, naturalmente; ningún individuo en todo caso, por genial que sea, puede precisar y determinar algo semejante. Ya está, de antemano, determinado. Toda discusión ha de partir de eso ya dado desde siempre. Es de suponer que Platón, Aristóteles, San Agustín, Santo Tomás sabían bien lo que hacían cuando comenzaban siempre por inquirir el lenguaje usual: ¿Qué piensan los hombres cuando dicen libertad, alma, vida, felicidad, amor o fe?. Es evidente que los venerables abuelos de la filosofía occidental no han considerado esto como un mero recurso didáctico; más bien han sido de la opinión de que sin tal conexión con el lenguaje hablado realmente por los hombres el pensamiento pierde su fuerza, convirtiéndose en algo fantástico y carente de base.

La averiguación de lo verdaderamente pensado en el lenguaje vivo de los hombres no puede, en cualquier caso, considerarse una tarea fácil de llevar a buen término. Es mucho lo que aboga por el contrario, es decir, por el hecho de que es casi imposible agotar y circunscribir de modo preciso la significación plena de las palabras, sobre todo de las palabras fundamentales. Quizá exceda las fuerzas de la conciencia individual el tenerlas presentes en su integridad, aunque sólo sea en una cierta medida; y a esto parece corresponder, como la otra cara de la moneda, que cada individuo, al utilizar con naturalidad las palabras, acostumbra pensar con ellas más de lo que en realidad conscientemente dice.

Puede ser que todo esto suene como una romántica exageración. Se puede mostrar, sin embargo, que no es así. Todo el mundo piensa, por ejemplo, que sabe con exactitud lo que significa una palabra tan de uso cotidiano como semejanza. Se dirá, quizá, que con semejanza se indica la coincidencia en algunos rasgos, a diferencia de la igualdad, «coincidencia en todos los rasgos». ¿Qué hay que objetar a una caracterización tan precisa y que, por lo demás, ha sido tomada de un conocido diccionario filosófico?. Sin embargo, es falsa; al menos, incompleta. Falta en ella un elemento esencial. Es algo que sólo salta a la vista de quien interroga al uso vivo del lenguaje. A él pertenece no sólo lo que los hombres de hecho dicen sino también lo expresamente no-dicho; es propio también de él el que determinadas palabras no puedan ser empleadas en un determinado contexto. En este sentido Santo Tomás propone una vez a nuestra consideración el hecho de que se puede razonablemente hablar del parecido de un hombre con su padre, mientras que, evidentemente, carece de sentido y resulta improcedente decir que el padre se asemeja a su hijo. En lo que se muestra que el concepto semejanza contiene un elemento significativo que en la definición citada, que parece tan exacta (coincidencia en algunos rasgos), ha sido pasado por alto y en silencio, a saber: el elemento del origen y la dependencia. ¿Quién sería capaz de afirmar que este elemento, en principio oculto, lo tenía presente de forma total y expresa?. Nadie deberá asombrarse, pues, si decimos que nos metemos en una empresa de dificultad máxima al intentar escudriñar la significación íntegra de una palabra fundamental; lo que con ella quiere decir y piensa realmente —esto es lo que hay que considerar bien— todo hombre mayor y con uso de razón.

martes, 17 de mayo de 2011

La Democracia Griega y el Democratismo Actual - Claudio Mayeregger

La Democracia Griega y el Democratismo Actual
Prof. Claudio Mayeregger


Estimados:

Los invitamos a participar del primer Café Filosófico, a realizarse el sábado 21 de Mayo a partir de las 10 de la mañana en el Multiespacio Cultural EL CAMINO, sito en Av. Luro 4344 – 1º Piso, de nuestra ciudad de Mar del Plata.

El tema que convoca en esta oportunidad es “La Democracia Griega y el Democratismo Actual”, a cargo del Prof. Claudio Mayeregger, en el marco del Curso sobre Historia de las Formas Políticas que dicta el Centro Pieper este año, bajo el lema: “Pasión por la verdad”.

viernes, 13 de mayo de 2011

Historia de las Formas Políticas - V Curso Anual 2011

Historia de las Formas Políticas
V Curso Anual 2011


Clases Magistrales y Cafés Filosóficos:
Av. Luro 4344 1º Piso – Mar del Plata, en días Sábado a partir de las 10 hs.


Programa de “Historia de las Formas Políticas”
Año 2011:


1.- “La Democracia Griega y el Democratismo actual”
Prof. Claudio Mayeregger (21 de Mayo)


2.- “El Imperio Romano y el Nuevo Orden Mundial”
Prof. Claudio Meyeregger (11 de Junio)


3.- “El Príncipe Cristiano y el Príncipe de Maquiavelo”
Dr. Mario Caponnetto (2 de Julio) *


4.- “El Constitucionalismo Norteamericano y las Ideologías”
Dr. Enrique Díaz Araujo (6 de Agosto)


5.- “La Revolución Francesa y el Laicismo Moderno”
Prof. Claudio Mayeregger (10 de Septiembre)


6.- a) "Sobre los Orígenes del Liberalismo en Locke"
Dra. Sandra Brandi de Portorrico (1 de Octubre)


6.- b) "La Antropología y la Política de Rousseau"
Dr. Juan Campos Carlés (1 de Octubre)


7.- “200 años de Ideas Políticas en Argentina”
Dr. Mario Caponnetto (12 de Noviembre) *


* Fecha original modificada, por razones ajenas al Centro Pieper.


Para mayor información llame a los siguientes teléfonos:
Móvil (223) 154-36-3298

jueves, 12 de mayo de 2011

La «Dei Verbum» y los Sentidos Bíblicos y Extra Bíblicos (2) - P. Horacio Bojorge

La «Dei Verbum» y los Sentidos Bíblicos y Extra Bíblicos (2)
R. P. Horacio Bojorge, S.J.


Conferencia dictada en el Centro Pieper – Mar del Plata – 7 de mayo del 2011


Las acomodaciones psicologistas
Eugen Drewermann, Anselm Grün, Sanford


La hermenéutica bíblica de Anselm Grün

La sexta vez que me ocupé de errores en la interpretación bíblica fue más recientemente ante los escritos del benedictino alemán Anselm Grün, que pertenece a lo que podemos llamar los errores psicologistas, y tienen de común con la teología de la liberación que suelen tener como meta la libertad psicológica individual.

El benedictino alemán Anselm Grün, niño mimado de nuestras editoriales sedicentes católicas, en su obra “Evangelio y psicología profunda” [33]- publicada por primera vez en 1988, tres años antes de que el obispo de Paderborn separara al P. Eugen Drewermann de su cátedra, y cuatro antes de que le prohibiera predicar y lo apartara del ejercicio del sacerdocio -, reconoce la obra de Eugen Drewermann como su fuente de inspiración sin ahorrarle elogios: “en todo cuanto sigue utilizo los dos tomos de Drewerman «Psicología profunda y exégesis», a los que debo interesantes puntos de vista, y un libro de Sanford [34], discípulos [ambos] de Carl G. Jung, en el que el autor hizo ya hace veinte años [por lo tanto hacia 1968, contemporáneamente a Gabriel Morán] una exégesis bíblica desde el punto de vista de la psicología profunda” [35].

Voy a ocuparme de la obra del psicólogo junguiano y pastor episcopaliano John A. Sanford después de cerrar a continuación los comentarios sobre Anselm Grün.

miércoles, 11 de mayo de 2011

La «Dei Verbum» y los Sentidos Bíblicos y Extra Bíblicos (1) - P. Horacio Bojorge

La «Dei Verbum» y los Sentidos Bíblicos y Extra Bíblicos (1)
R. P. Horacio Bojorge, S.J.


Conferencia dictada en el Centro Pieper – Mar del Plata – 7 de mayo del 2011


Agradezco a Cristian Iglesias y a los organizadores de estas Jornadas Pro Vida y Familia [1], de la SITA  [2] en Argentina y del Centro Pieper, la oportunidad de venir a Mar del Plata y de dirigirles la palabra en el Centro Pieper.

Cristian me pidió que desarrollara algún tema de hermenéutica, dado que el año pasado estuvieron estudiando el documento de la Comisión Bíblica “La Interpretación de la Biblia en la Iglesia” que, con razón, les ha causado cierta perplejidad a algunos.

Confieso que me resultaba muy difícil demarcar un tema tratable en el lapso del que dispongo.

Y esto es así, no solamente por la vastedad del asunto en sí y por la dificultad de acotar algún tema dentro de asunto tan vasto, sino porque es un tema que considero de alguna manera, y por así decirlo, autobiográfico.

Afortunadamente convinimos con Cristian en que el tono de esta exposición podría ser más bien coloquial que académico. Y por eso me atrevo a darle al asunto de la hermenéutica bíblica en la iglesia una impostación algo autobiográfica y de “memorias”.

Hay un hecho que me ha ocupado a lo largo de mi vida sacerdotal y que me sigue provocando a pensar y sobre todo a discernir.

Ese hecho es la coexistencia de, por un lado, una normativa eclesial sobre la hermenéutica bíblica, normada desde León XIII en adelante por varias encíclicas pontificias y finalmente en el Concilio Vaticano II por la «Dei Verbum», y por otro lado las desviaciones en la interpretación de las Sagradas Escrituras que proliferan en nuestros tiempos a pesar de la normativa eclesial.

Me he ocupado por escrito, en mi vida, por lo menos en seis principales oportunidades, de la «Dei Verbum» como norma de la hermenéutica católica y de los errores hermenéuticos contemporáneos.

martes, 3 de mayo de 2011

La «Dei Verbum» y los Sentidos Bíblicos y Extra-Bíblicos - P. Horacio Bojorge

La «Dei Verbum» y los Sentidos Bíblicos y Extra-Bíblicos
R. P. Horacio Bojorge, SJ


El próximo sábado 7 de Mayo, a partir de las 17.30 hs., el R. P. Horacio Bojorge, SJ dictará una conferencia sobre “La «Dei Verbum» y los sentidos Bíblicos y Extra-Bíblicos”, sobre el número 12 de la Constitución Dogmática «Dei Verbum» del Concilio Vaticano II.

La misma será en el Centro Educativo FASTA, sito en Gascón 3145 de la ciudad de Mar del Plata, abierta a todo público y con ingreso libre de aranceles.

El Padre Horacio Bojorge es sacerdote Jesuita. Nació en Montevideo, Uruguay en 1934, de padres católicos no practicantes. Se formó en la escuela y el liceo laicos del estado uruguayo. Militó en la acción católica de estudiantes (1949-1952). Ingresó en la Compañía de Jesús en 1953 y se ordenó de sacerdote en Maastricht, Holanda, en 1965. Cursó sus estudios de Humanidades clásicas en Chile (1955-1956). Obtuvo tres Licenciaturas: se licenció en Filosofía en Argentina (1959); en Teología en Holanda (1966) y en Sagrada Escritura en el Instituto Bíblico en Roma, Italia (1969).

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