domingo, 9 de octubre de 2016

Filosofía Convaleciente - Ignacio Sánchez Cámara

Filosofía Convaleciente
Dr. Ignacio Sánchez Cámara


El Dr. Ignacio Sánchez Cámara, ex-rector de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” y nombrado este año [2016] académico correspondiente de la Academia Nacional Argentina de Ciencias Morales y Políticas, recensiona en este artículo -publicado originalmente en el diario ABC- dos libros de Gianni Vattimo. Y nos ofrece las pistas oportunas para advertir en que consiste, al menos hablando genéricamente, su «pensiero débole».


Gianni Vattimo, profesor de Filosofía en Turín y periodista de opinión, es uno de los más populares y destacados teóricos y defensores de la posmodernidad y del «pensamiento débil». Prescindiendo de la polisemia del término «modernidad», sus ideas centrales son el levantamiento del acta de defunción de la metafísica, la muerte de la verdad absoluta, la imposibilidad de encontrar un fundamento, el final de los metarrelatos o grandes discursos (Lyotard) y la apoteosis de cierta manera de entender la hermenéutica. 

De estos presupuestos extrae Vattimo consecuencias favorables para la democracia, la tolerancia y una teoría procedimental de la verdad que pretende soslayar el escollo del relativismo. Hacia el consenso democrático, a través del pensamiento débil. Y todo ello, siguiendo la estela del pensar de Nietzsche y Heidegger

El ensayo “Después de la cristiandad” [1], fragmentario como corresponde a la asumida debilidad del pensamiento, es un sugestivo y si no me equivoco, fallido intento de legitimar un cristianismo posmoderno. La muerte del fundamento entraña también la de las razones en favor del ateísmo, pues éste es también uno de los grandes discursos impertinentes. Si nada es verdad absoluta, tampoco lo puede ser la negación de la existencia de Dios. La muerte de la metafísica entraña la posibilidad de la resurrección del cristianismo. Occidente es identificado con un «cristianismo secularizado». El renacimiento de la religión en la época posmetafísica resulta teóricamente legítimo y permite replantear las relaciones entre filosofía y religión. Se trata, naturalmente, de un cristianismo sin dogmas, fruto del consenso entre los creyentes y basado sólo en la ética del amor. No faltan las críticas, por cierto poco débiles, al «autoritarismo» de la Iglesia Católica.

Nihilismo y emancipación” [2] es una colección de ensayos ya publicados, que aplica estas ideas posmodernas y débiles a la ética, a la política y al derecho. Todo ello, a la mayor gloria de la ética procedimental, del pluralismo democrático y del socialismo, identificado, así, nada menos, con Europa. El pensamiento débil resulta ser de izquierdas. Para este viaje, son preferibles las alforjas de Habermas y Apel. Su interés es, a mi juicio, menor que el del ensayo anterior.

Entre las consideraciones críticas que cabría acaso oponer, apuntaré las que estimo fundamentales (con perdón). La tensión entre universalismo y relativismo se rompe a favor de este último, a pesar de su rechazo al «fundamentalismo relativista». Se diría que no es la verdad sino su muerte la que nos hace libres. El certificado de defunción de la metafísica sorprende en un libro que, hasta donde alcanzo a ver, es metafísico, no empírico. 

Lo que aparece como cristianismo es más bien un irreconocible sucedáneo ético basado en la caridad, a su vez, casi identificada con el diálogo y el consenso. Tampoco es fácil entender cómo la pérdida de la trascendencia pueda armonizarse con la religiosidad. Naturalmente, la carga de la prueba corresponde a los que se opongan.


Elección de los guías

Por lo demás, mucho de toda esta novedad estaba ya en el sofista Protágoras. Pero quizá lo más aventurado sea la elección de los guías de esta débil posmodernidad: Nietzsche y Heidegger. Justificar en ellos el cristianismo (aunque sea uno posmoderno, irreconocible y débil) es problemático, sobre todo en el caso de Nietzsche. Edificar sobre ellos el igualitarismo, el socialismo y la ética procedimental se antoja tarea hercúlea. Es algo así como buscar la justificación del utilitarismo en Kant. 

Los dos libros son valiosos quizá como reveladores de cierta forma de pensar dominante en nuestro tiempo, de cierta moda intelectual. No carecen, sin duda, de interés. Sé que es un recurso fácil, pero la debilidad del pensamiento (que no acabo de ver en Nietzsche ni en Heidegger) puede ser entendida como una confesión de parte. La filosofía, convaleciente, necesita ejercicio y buena alimentación.





Notas:

[1] Gianni Vattimo, Después de la cristiandad. Por un cristianismo no religioso, Editorial Paidós, Barcelona 2003, 172 páginas [Traducción de Carmen Revilla].

[2] Gianni Vattimo, Nihilismo y emancipación. Ética, política, derecho, Santiago Zabala (compilador), Editorial Paidós, Barcelona 2004, 198 páginas [Traducción de Carmen Revilla].



Fuente: Diario ABC, Cultural, 28.02.2004, pág. 17.





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